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"Me parece un error separar lo festivo de la lucha"

Por: Jorge Cornejo y Federico Tártara 

Foto: Prensa CEL - Padre Eduardo Farrell

La Iglesia está cerrada este Sábado y el anfitrión chista desde las alturas, y abre las puertas de su casa. En la entrada de la parroquia hay un pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo que recientemente fue reconstruido. “Lo hicimos con el CENS que funciona acá”, dirá terminada la charla el Padre Eduardo Farrell, que ahora está justamente al medio de un predio donde pasa de todo. Por ejemplo, al lado, en la canchita: hay fútbol femenino. Y a la izquierda un colegio inmenso.  



En la entrada, donde habitualmente se ponen las llaves, están colgadas una serie de sotanas: al paso, como si hay que salir de apuro y dar misa. Eduardo Farrell, atenderá con denodada atención, al menos a tres personas que lo visitan, mientras habla acerca de los trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular y los estragos que nota en el barrio y en el país de la política económica que genera la “destrucción del trabajo y la destrucción de la persona”.  


Sobre la mesa hay un libro de uno de los hombres más importantes que fueron paridos en este país. “Me encanta, lo estudio”, dice en referencia a Manual de Conducción Política de Perón. Lo corre, y pone termo y mate, con yerba cooperativa “La Hoja”. Detrás de donde se sienta, un cuadro del Padre Carlos Mugica que aparece mirando fijo a la cámara que le toma la fotografía. “Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su liberación. Sí el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición”, se lee debajo del cuadro. 

Eduardo sabe lo que significa todo eso. Hechos que son parte de un sistema controlado por un puñado de multimillonarios que operan para sus intereses que -por ejemplo- llegan a Cuartel V, Moreno, lugar que el sacerdote con mucho dolor dejo por 2017. 

Por los poderosos, de siempre.    



Es impresionante cómo los poderosos de este mundo combaten al Papa Francisco: ¿No? ¿Por qué? 


Sí, cómo no lo van a combatir, además, ellos, los poderosos tienen sus think tank  elaborando respuestas para destruir la propuesta de Francisco. Y no por nada Francisco convoca a los economistas jóvenes. ¿Están al tanto de eso? El Papa convocó a economistas jóvenes menores de 35 años de todo el mundo para juntarse en Asís en Marzo de 2020. Para plantear desafíos nuevos de la economía. Como le dice a los movimientos populares, “esto no va más”. Yo creo que eso es un elemento que también le gana muchísimo enemigos.


Otro acontecimiento importante de Francisco es el Sínodo de la Amazonía. Es un tema sumamente importante. Es una convocatoria (El Sínodo es una convocatoria de Obispos de un determinada realidad, puede ser realidad universal o realidad particular) de los obispos que están en la Amazonía. Que tiene que ver con lo eclesial, como la poquísima atención de la Iglesia al pueblo de Dios que está en esa zona, y con realidades que tiene que ver con el futuro de la humanidad como es el tema de la casa común, el tema ambiental. Y tengo la impresión de que ahí se viene con algo picante. Creo que eso va hacer un tema muy fuerte tanto al interior de la Iglesia porque supongo que tocará temas claramente pastorales, como en orden al conjunto de la sociedad universal por todo lo que tiene que ver con lo económico y lo extractivo.


Me parece que esos dos acontecimientos son importantes para leerlos.  Sínodo de la Amazonía en Octubre y la convocatoria “Economía de Francesco” que lo hace acompañado por Joseph Stiglitz en marzo de 2020, y la venida a la Argentinas que ya es un hecho para el año que viene. Entonces yo creo que sí, que Francisco tiene muchísimos enemigos. Lo cual por un lado es negativo porque siempre tener enemigos no es bueno y supone divisiones. Pero por otro lado, una iglesia conducida por un tipo que genera enemigos por su palabra, por sus gestos… me parece que eso es muy importante y positivo. El primer gesto fue Lampedusa, cuando al poco tiempo de asumir su pontificado se va Lampedusa y pega el grito en el cielo por el tema de los migrantes. Yo creo que ahí empezó a ganarse enemigos. Ahí empezaron a desaparecer las banderas papales en la Recoleta. Sí, yo creo que tiene sus enemigos, pobre Francisco, y creo que nosotros los misioneros de Francisco en particular y creo que los trabajadores de la economía popular también, tenemos un rol importante en salir a bancarlo fuertemente a Francisco porque es de los nuestros.


¿Qué podemos aportar?


Es muchísimo lo que pueden aportar porque ustedes están proponiendo algo nuevo, algo distinto desde el mundo de los trabajadores, de los pobres. El discurso de Francisco tiene mucho que ver con los pobres y con los trabajadores. Y los militantes del mundo de la Iglesia tenemos muchísimo que aportar asumiendo los desafíos nuevos que plantea. Particularmente en dos documentos fuertísimos de Francisco que son La Alegría del Evangelio y Laudato Si (Alabado Seas), que no tiene nada que ver con una encíclica verde, sino que es toda una denuncia al sistema capitalista. Nosotros, creo, tenemos que trabajar eso. Tenemos que estudiar, tenemos que formarnos en eso y compartirlo con los compañeros y compañeras porque creo que es una luz que tenemos. Además no sabemos hasta cuándo la vamos a tener. Me parece que tenemos que trabajar muchísimo el francisquismo y ser muy francisquistas. Creo que hay que decirlo siempre. Además Francisco nos da permiso, a los que queremos tener los pies dentro del plato. Del plato de la Iglesia. Él nos está dando permiso. “Hagan” como le dice  los movimientos populares. “Ustedes creen que lo que pueden hacer es poco, ¡no!, ustedes pueden hacer mucho”. Yo creo que tenemos un camino muy interesante para encarar. Creo que lo del 7 de agosto está también en esa línea. 


¿Ha trascendido el 7 de agosto el pedido de trabajo teniendo en cuenta la militancia de los Cayetanos (CTEP, CCC, y Barrios de Pie)?


Es algo que se sabe, a nivel de la Iglesia es algo que se sabe, que se siente. Y que no se ve mal aun en sectores más conservadores de la Iglesia creo que hay una aprobación tácita. Porque es un expresión no sólo de lucha. Es una lucha que se empapa y tiene como una matriz en el cristianismo popular. Está el tema de San Cayetano y está el tema de peregrinar que es un tema muy fuerte en el cristianismo popular. Que habla de una cosa de sedentarismo de nuestra historia, de nuestro pueblo, de una cosa no instalada. De una Iglesia que no está acá en los templos sino que está caminando por fuera, que peregrina. Y el peregrinar en comunidad es un tema del cristianismo popular, y además un tema muy importante que es el tema de la fiesta. Porque el 7 de agosto como el 1ro de mayo los trabajadores saben unir la lucha con la fiesta. 


Yo entiendo que el trabajo es verdadero y digno cuando se dan un montón de condiciones pero una condición de tiene que tener el trabajo es que dé lugar al no-trabajo. Y para mí el no-trabajo es la fiesta. La fiesta entendida no como el entretenimiento, la diversión, que es un goce más individualista y que tiene que ver con la cosa. Sino que tiene que ver con lo comunitario, con el pueblo, con distintas nociones de comunidad que puede ser la familia, el barrio o pueblo todo. Entonces yo creo que ese ingrediente de lo festivo también es un ingrediente que hace a la cultura popular y al cristianismo popular. Para mí es muy significativo lo que han armado los Cayetanos, y por iniciativa propia. No es una influencia de la Iglesia, “Hagan esto”, no. Tipos movidos de alguna manera por el espíritu se han mandado en esto que me parece extraordinario. 


Peregrinar es cristianismo popular. Peregrinar siempre como pueblo, como comunidad. Cuando ves a los jóvenes marchando a Luján, eso es pueblo que se moviliza. Sedentarismo del pueblo que sale de la instalación, de la comodidad, y además fiesta que es como llevar la vida humana a su plenitud porque es con el otro. La fiesta nunca es solitaria. Puede ser solitaria la diversión, entonces me meto en la compu y veo una película o los jueguitos. Esto es el hombre que es feliz porque está con el otro, y encima caminando juntos. Entonces eso es cristianismo popular puro.


En relación concretamente a lo del trabajo, con todos los despidos que se vivieron en los últimos tiempos, con la experiencia que te ha tocado a vos acá en la parroquia o antes. ¿Cómo la notas a la gente? ¿Al pueblo? ¿Qué te dicen? 


Creo que hay una destrucción muy grande. Porque el tema de la destrucción de trabajo tiene que ver con la destrucción de la persona. Trabajo y persona es un binomio que no se puede separar. Cuando digo persona, digo la persona humana que tiene que ver con el individuo y también con un ser comunitario. 


En la medida que se destruye el trabajo, que te pone un eje en la vida, en la medida que se destruye el trabajo que te separa de tus compañeros de trabajo. A mí me parece que se está destruyendo de alguna manera parte de la persona, por eso me parece gravísimo. Por eso me parece fundamental que los trabajadores de la economía popular tengan claro su condición de clase trabajadora. 


En ese sentido Francisco es muy claro cuando expresa que los dirigentes tienen que luchar por toda la clase trabajadora no solo por los que están trabajando en blanco, y en algunos casos en buenas condiciones y en otras no tanta, sino que tienen que incluir en el concepto de trabajadores a todos. Y en esto hay millones que pertenecen a la economía popular y que no están siendo considerados. Francisco es muy críticos de los dirigentes gremiales. Creo que fue a los sindicalistas italianos que les marco tres cosas: una el tema de la corrupción, referido no sólo a quedarse con plata sino también a los arreglos que no defienden los intereses de la clase. Otra crítica fue el tema de la concientización. Francisco dice que los dirigentes tienen que concientizar a su clase.  Y la tercera crítica que hizo es al individualismo corporativo, que es cuando el dirigente solo defiende los intereses de su sector y no los intereses de la clase.


Cuándo pasas por Liniers y ves la gente agradeciendo, feliz, y a veces llorando bajo la imagen de San Cayetano ¿Cómo lo entendés a eso?


Es difícil entender para un agnóstico. Yo entiendo, y no sé cómo decirlo para que no parezca medieval, yo creo que el pueblo entiende que el que conduce la Historia es Dios, y que el pueblo se acopla. Cataliza en el mejor de los casos. Pero que la gran acción transformadora depende de Dios. Desde ahí, yo entiendo, que para recurrir al tema del trabajo le diría algo a Dios, “hacé algo por mí”, porque está mi familia detrás de esto. Hacé algo por nuestra patria, por nuestro pueblo que quiere trabajar y vivir dignamente. Porque nuestro pueblo quiere pan con trabajo porque pan con trabajo es dignidad, en cambio trabajo sin pan es injusticia. Y desde ahí entiendo también cierta desconfianza de nuestro pueblo por nuestra clase política. También tiene que ver con el pecado de nuestra clase política. El pueblo pone en un segundo plano su acción humana, considera que en el primer plano está la acción de Dios y el pueblo en todo caso se suma, se une a esa acción de Dios. Tal vez la tarea de los Cayetanos sea, al menos la parte más creyente, clarificar un poco eso.


Todo esto se llama cristianismo popular que es más que la piedad popular, porque a veces no se expresa religiosamente de un modo intenso.


Yo creo que el cristianismo puede ser alienante, pero también el cristianismo puede ser causa y proceso de liberación. La marcha del 7 de agosto es parte de eso. Es un cristianismo popular que marcha y lucha. Lo que me parece un error es separar lo festivo de la lucha.


¿Cómo ves la marcha del próximo 7 de agosto y su correlato con la imagen de Francisco?


La idea es que se haga una bendición y que participe algún pastor, una bendición ecuménica. Me parece que hay que poner el acento en la condición de lucha y de fiesta. Y también en la mirada de la unidad. Francisco insiste mucho en la unidad; es más importante que la parte. Francisco también dice que el tiempo es más que el espacio y por tanto la necesidad de hacer procesos. Y hacer procesos significa que nos tiene que importar más la preparación de cuadros, la formación de cuadros que ocupar espacios en las listas. Me parece que ese un tema en que nosotros no estamos bien.

Misioneros de Francisco va a estar ahí, va acompañar. Vamos a estar con la imagen de San Cayetano, con la imagen de la Virgen de Luján, con algunos carteles del Papa Francisco. Francisco para el mundo de los pobres y el mundo de los trabajadores es la referencia más importante, la voz global. Me parece que representa y es el futuro.



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