Como todos los 26 de julio, evocamos la vida plena e intensa de aquella mujer comprometida con la causa de las y los humildes a quien el pueblo inmortalizó bajo el nombre de Evita.

Eva Perón fue, es y será bandera de liberación, marea incontenible de libertad y de justicia para todo compatriota que sienta en sus venas correr el volcán irrefrenable que nos dejó su entrega, su compromiso a muerte con la dignidad de "los nadies", marginados de todas las horas, en su tránsito hacia la justicia social. Revolución gloriosa que se haría cuerpo y palabra, memoria y presente en la militancia popular, en la Clase Trabajadora y en cada argentino/a que ama su Patria.
Eva Perón no es una figura más de la liturgia popular. Es presente continuo, símbolo de insurgencia obrera y humilde. Vive en las luchas de los Movimientos Populares por tierra, techo y trabajo; vive en las batallas de las mujeres de nuestro pueblo por sus derechos; vive en la energía vital del Movimiento Sindical Argentino en su afán de consagrar una Patria libre, justa y soberana.
Sus enemigos, hoy espectros odiantes cuya única energía vital es el rencor hacia su figura, desean borrar cada centímetro físico de su presencia. Así se siguen expresando al fantasear con detonar su monumento que se levanta con ojo rector hacia los dos lados de la 9 de Julio. No podrán; jamás pudieron. Evita somos todos/as. Eva Perón es energía vital que alimenta el corazón en lucha del Pueblo Argentino por su liberación.
Eva Perón es Pueblo, y el Pueblo es Eva Perón. Seguiremos levantando su palabra, honrando su ejemplo y enalteciendo su memoria.