Por: Jorge Cornejo

CEL: Qué lo movilizó a editar y escribir un libro con la palabra de Francisco sobre la relación del trabajo con el mundo social.
ACF: Son varios motivos: el primero, ayudar a Francisco a extender su evangelio del trabajo en un tiempo que es una prioridad humana, de la Iglesia y de este Papa. Es segundo lugar, por el importante dinamismo que Francisco ha desarrollado en los primeros años de su pontificado en relación al trabajo y a la dignidad de la persona y a la inclusión social de los pobres. Y en tercer lugar, por la experiencia vivida al participar en el tercer encuentro mundial de movimientos populares (2016), y por otro lado, en el encuentro de organizaciones sindicales (2017). Todo esto despertó la posibilidad de transmitirlo en un libro como este.
CEL: Su libro viene a saldar una deuda en el ámbito local, teniendo en cuenta el deterioro social y económico impulsado por un
gobierno de corte neoliberal. ¿Cómo piensa que se recibirá este libro y esta temática en otras latitudes?
ACF: Esa idea pretende subrayar la importancia del trabajo digno hoy y que este sistema, conforme está configurado nos expulsa del trabajo y de una vida buena. La deuda es con todos y en todas las latitudes. Francisco exhorta a no perder la esperanza de acceder a esa vida buena, que se construye desde el trabajo digno, para aportar entre todos y todas al cuidado de la creación, del planeta, para aportar al bien común. Exhorta a no perder la esperanza hay una luz en el horizonte y está es la propuesta de humanización que propone Jesús de Nazaret, a través de su Iglesia, su doctrina social renovada hoy con Francisco.
CEL: La palabra de Francisco llega con potencia a los movimientos populares pero no así a alguna dirigencia con poder de decisión, ¿su libro puede abrir una instancia en esa dirección?

ACF: Mi libro pretende crear puentes para todas aquellas personas de buena voluntad que consideran que el trabajo es esencial para la democracia y para la vida de la gente. En mi opinión, Francisco plantea en doble juego de 3T como criterio de justicia y de desarrollo sostenible, que en cierto modo es el poliedro que configura el mundo del trabajo y los trabajadores, entre los que prioriza a los más humildes y excluidos articulados en los movimientos populares. Esa visión poliédrica del mundo del trabajo es la que comparte y anima para que pueda configurarse, para representar a todos los trabajadores, tengan o no trabajo, para un objetivo compartido: la dignidad de todos los trabajadores y el trabajo digno.
CEL: En la charla en la UMET los expositores provenían de sectores que pugnan por la hermandad de los movimientos sindicales y populares, en conjunto con el rol solidario de la pastoral social. ¿Piensa que estamos frente a un nuevo actor social, el trabajador de la economía social sindicalizado o es sólo un emergente de la coyuntura?
ACF: Si, sin duda. Hoy cada vez hay más precariedades en nuestra vida. Una de las claves es que esa precariedad que nos lleva al individualismo, al sálvese quien pueda, no sea lo natural, no se mimetice en nuestra forma de ser, pensar y actuar. Los movimientos populares han articulado unas organizaciones que luchan contra ese descarte y además han construido una alternativa basada en tierra, techo y trabajo, sobre todo trabajo. Esta realidad no es coyuntural, es una realidad consolidada, de ahí que esto implique abordar el paradigma de unidad de todos los trabajadores.
El libro NO OS DEJÉS ROBAR LA DIGNIDAD se presentará en Rosario el próximo sábado 31 de agosto. Posteriormente en España y las principales ciudades.