Por: Prensa CEL - Camilo Porto Rojas

Este 1ro. de Mayo, la Clase Trabajadora Argentina conmemora el segundo Día de las y los Trabajadores bajo la amenaza del Covid 19. Lo hace reflexionando en torno a las victorias obtenidas, los retrocesos momentáneos y los desafíos que deberá afrontar en el complejo porvenir que evidencia la situación nacional, regional y mundial.
A lo largo del último año, las Trabajadoras y Trabajadores han acompañado con intachable conducta las medidas sanitarias promovidas por el Gobierno Popular. Por tal motivo, a pesar de las múltiples operaciones pergeñadas por una prensa antinacional, una justicia subordinada a las minorías privilegiadas y una casta política enemiga de los intereses populares, el Gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner ha logrado preservar la salud del Pueblo Argentino de la amenaza latente del Coronavirus.
En efecto, frente a la situación crítica que atraviesa nuestro país, producto de la devastación neoliberal del cuatreño macrista y el feroz impacto de la pandemia, las Organizaciones del Trabajo han cumplido un rol indispensable, tanto abogando por los derechos de sus afiliados/as como en la defensa enérgica del rumbo trazado por el Gobierno Nacional. Como en cada instante crítico de nuestra historia, el Pueblo organizado ha tomado las banderas de justicia y dignidad para conducir a la Nación hacia la victoria. Frente a los agravios bestiales de las clases dominantes, que en su afán de lesionar la efectividad de las políticas de prevención gubernamentales se han convertido en verdaderos profetas de la muerte, las y los Trabajadores han respondido con organización y compromiso con la Patria y el Pueblo. Tal ha sido la conducta de las Organizaciones del Trabajo en estos tiempos de dolor e incertidumbre.
Desde el Centro de Estudios Laborales (CEL) conmemoramos este nuevo aniversario del Día de las y Los Trabajadores en conciencia de la necesidad de retomar el rumbo de la producción y el trabajo para el desarrollo nacional y la felicidad del Pueblo Argentino, con la férrea convicción de que solo el concurso de las Organizaciones del trabajo en dicho proceso garantizará el triunfo de la comunidad. En este sentido, celebramos la reciente conquista que para la Unión de Trabajadores/as de la Economía Popular (UTEP) significa el reconocimiento como organización gremial. Dicho reconocimiento es la materialización de la victoria de las y los excluidos sobre el sistema de descarte que instauró el neoliberalismo en nuestro país, la certeza indiscutible de que cualquier compatriota que vive de su trabajo debe ser reconocido como trabajador o trabajadora, y en consecuencia tiene el derecho inalienable a la protección sindical correspondiente.
Las Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular han venido desarrollando tareas de inmenso valor para el cuidado de la comunidad nacional. Sin ellos/as, el impacto de la pandemia sobre las zonas más desfavorecidas de nuestro país hubiera sido infinitamente mayor. El camino recorrido por las organizaciones de la Economía Popular ha sido largo. El nacimiento de la UTEP como sindicato de todas las y los Trabajadores que, expulsados de la formalidad laboral, han creado sus propias formas de trabajo y de producción, significó un suceso de extraordinaria importancia: a partir de allí, las nociones tradicionales en derredor del trabajo serían modificadas radicalmente. Más de 5 millones de compatriotas realizan actividades relacionadas con la Economía Popular. Con el reconocimiento institucional de la UTEP como sindicato, esta enorme porción de la Clase Trabajadora se hace dueña de una herramienta de una inconmensurable potencialidad. En tiempos de especulación económica y financiera, donde los formadores de precios elevan hasta el límite la carestía de la vida, donde los dueños de un capital cada vez más concentrado puj…